Efectos
de los obstáculos en el desarrollo
“Durante los dos o tres primeros años actúan sobre el niño influencias que pueden alterar el carácter en la vida futura: si el niño ha sufrido algún trauma o experiencia violenta, o ha encontrado obstáculos considerables durante este período, pueden surgir desviaciones. Por esto, el carácter se desarrolla en relación con los obstáculos encontrados o con la libertad que ha favorecido su desarrollo”.
Montessori,
María. "La mente absorbente", pág. 178
Es
sabido que durante la infancia y la niñez, la mala alimentación y
la falta de actividad física pueden generar retrasos de crecimiento,
deterioro cognitivo, problemas de conducta, problemas de aprendizaje
y un sistema inmune débil. Aún así siguen existiendo muchos
prejuicios acerca de la vida del niño.
Este
escrito pretende explicar los efectos que podemos observar en los
niños cuando han encontrado obstáculos en su desarrollo tanto en el
ámbito familiar como en el ámbito de la escuela. Y es que se
produce un gran conflicto entre el adulto y el niño. El
adulto se siente amenazado por el niño, se produce una adaptación
positiva para el niño y negativa para el adulto.
Los
adultos nos afanamos en intervenir en las acciones de los niños,
imponemos nuestros ritmos de vida sin respetar las verdaderas
necesidades del niño en la conquista de su independencia.
Ante
una queja o un llanto del niño juzgamos que el niño es caprichoso,
que no sabe lo que quiere, cuando realmente son reacciones de defensa
del niño ante necesidades no satisfechas.
“The
adult ought never to mold the child after himself, but should leave
him alone and work always from the deepest comprehension of the child
himself. Physical movement ougth to come from within and be
organization that was described earlier as incarnation. Muscles do
not develop correctly unless they do so at the service of the will”.
María
Montessori. “The child in the family”, pág. 48
Y es
que los obstáculos pueden debilitar o desviar a las tendencias
humanas. Entendemos por obstáculo un impedimento que frena el
desarrollo, o crecimiento del niño, y lo desvía.
La educación escolar ha sido concebida, en teoría, para dar a los
alumnos oportunidades de desarrollo y crecimiento, atendiendo a todas
y cada una de sus potencialidades, asumiendo que el niño es un ser
global y complejo, una persona en continuo crecimiento. Pero
generalmente tanto la familia como el equipo educativo carece del
conocimiento y la preparación necesarios para no obstaculizar el
desarrollo del niño.
“El
trato con el niño debe ser sumamente apacible y sin ninguna
violencia ... La preparación para
la educación es un estudio de nosotros mismos”.
Montessori, María. "La mente absorbente", pág. 123
El niño cuando llega a la institución escolar, incluso si lo hace
en sus primeros meses de vida, ya alberga dentro de sí mismo, una
serie de experiencias, vivencias y características psicobiológicas
específicas que condicionarán su adaptación al contexto escolar.
“Los
niños recuerdan para toda la vida las adquisiciones de este período
y, por tanto, los efectos negativos de los obstáculos también
perduran toda la vida”.
Montessori, María. "La mente absorbente", pág. 120
Estos
efectos negativos, consecuencia de los obstáculos, es lo que
la Doctora Montessori llama desviaciones de la conducta del niño.
Las
desviaciones pueden derivar en patologías de diferentes tipos
ya que todo tipo de conducta humana puede producir sufrimiento (y
llegar a ser considerado patología) dependiendo de la intensidad,
rigidez, persistencia, adecuación al contexto, etc.
“Para
interpretar las desviaciones se puede partir del concepto de
encarnación: la energía síquica debe encarnarse en el movimiento,
constituyendo la personalidad actora. Si no se ha podido realizar la
unidad (por la sustitución del adulto al niño, o por falta de
causas de actividad en el ambiente), los dos elementos, energía
síquica y movimiento, han de desarrollarse separadamente, resultando
“el hombre desequilibrado”... Se desvían ante todo porque han
perdido su finalidad y vagan en el vacío, en el caos”.
Montessori,
María. "El niño, el secreto de la infancia", pág. 243
Si se
reprime o se obstruye la hormé, ésta buscará otras
maneras de moverse. A veces puede parecer que está anestesiada por
el miedo o por el uso de la televisión, videojuegos, etc. En otras
ocasiones, aparece de forma estridente, como un estallido de energía
para defenderse ante las barreras que encuentra a su paso. En ambos
casos podemos decir que el desarrollo del niño no está siguiendo su
curso natural. Y si el niño carece de orden o faltan límites en su
vida, la hormé se desvanece.
La
Doctora Montessori analiza los diferentes tipos de desviaciones que
observó en el niño. Y encontramos un factor común en todas ellas:
la intervención del adulto. Que incluso aplaude y venera muchas de
estas desviaciones en el niño.
Ella
diferencia dos tipos de desviaciones: las fugas y las barreras. Las
fugas se manifiestan en forma de fantasías y las barreras en forma
de: dependencia, posesión, deseos de poder, complejo de
inferioridad, miedo, mentira y enfermedades psicosomáticas.
Comprueba que las fugas son más fáciles de curar que las barreras.
También
distingue entre las desviaciones mostradas por los niños fuertes, es
decir, aquellos que se resisten y se rebelan ante los obstáculos que
encuentran, y las desviaciones mostradas por los débiles, es decir,
aquellos que sucumben a las condiciones desfavorables.
Los
fuertes se convierten en caprichosos, con tendencias a la violencia,
arrebatos de ira y de insubordinación. Comen más de lo necesario.
También pueden ser desobedientes y posesivos, e incapaces de
concentrarse.
Los
efectos que se observan en los débiles son la apatía, la pasividad,
el llanto y se aburren fácilmente. Se niegan a comer. Desarrollan
miedos e incluso enfermedades psicosomáticas que les hacen aferrarse
aún más al adulto.
Con
sus observaciones pudo comprobar que:
“Todos
los males provenían de la misma causa: la falta de alimento para la
vida psíquica”. Montessori, María. "La mente
absorbente", pág. 182
A
continuación realizamos un análisis de los obstáculos más comunes
que podemos ver dentro de una escuela convencional y de la familia,
señalando los efectos que provocan por una relación de causa y
efecto:
OBSTÁCULOS
|
EFECTOS
|
Inmovilismo: el niño sentado frente al televisor
o frente al maestro deja de sentir su cuerpo, por lo tanto no
desarrolla una percepción correcta del mismo. El maestro
desempeña un papel dominante en la actividad de la escuela.
|
El niño es un participante pasivo en el proceso
de enseñanza-aprendizaje.
No desarrolla sus potencialidades cognitivas.
Es sabido por el estudio de la neurobiología que
el hombre adquiere los fundamentos matemáticos del pensamiento
tridimensional y abstracto aprendiendo a mantener su cuerpo en
equilibrio.
|
Los niños están aislados de la realidad.
Falta de experiencias reales.
|
Crean un mundo irreal de fantasía.
Esta carencia contextual lleva a los niños a
dejar de buscar las relaciones causales. Los niños, por decirlo
así, aprenden que tienen que aceptar las cosas sin comprender lo
que hay detrás, cuál es su causa.
|
Al niño se le suele dar todo hecho, no aprecia
la relación causa-efecto.
|
Detrimento de su autoeficiencia.
|
El maestro actúa como la fuerza principal para
mantener la disciplina dentro del aula.
|
Miedo al adulto.
Falta de autodisciplina.
|
Conocimiento memorizado.
|
No se aprende y se olvida rápidamente.
Falta de interés en el aprendizaje.
|
El maestro entrega los conceptos al niño
directamente.
|
Falta de interés.
Pasividad.
|
Grupos de la misma edad.
|
Competitividad malsana.
Falta de colaboración y cooperación.
|
Intervención del maestro para corregir.
|
Miedo.
Mentiras
Ausencia del sentimiento de éxito personal.
|
El aprendizaje es reforzado con premios y
castigos.
|
Dependencia emocional externa.
Miedos.
Mentiras.
Complejo de inferioridad.
Competitividad malsana
|
Existencia de pocos materiales para el desarrollo
sensorial y enseñanza conceptual mediante la manipulación
concreta.
|
Desequilibrio.
Ausencia de la concentración y el libre fluir.
|
Generalmente se trabaja poco con los padres para
que entiendan y participen en el proceso de aprendizaje.
Los padres delegan el papel de educador
únicamente a la escuela y a la televisión.
|
Dependencia del adulto.
Deseos de posesión.
Complejo de inferioridad.
Miedo.
Mentiras.
Enfermedades psicosomáticas.
|
Tiempo limitado para que el niño trabaje con un
material específico.
|
Ausencia de la concentración y el libre fluir.
|
Falta de silencio.
|
Falta de concentración, desarrollo social.
|
El adulto siempre decide por el niño.
|
Ausencia de la voluntad del niño.
Ausencia del autoconocimiento.
|
Impaciencia del maestro.
|
Desobediencia, obstinación, inseguridad, pereza,
pasividad.
|
Orgullo e ira del maestro.
|
Desobediencia, obstinación, inseguridad, pereza,
pasividad.
|
Promover la fantasía.
|
Pereza.
Movilidad continua y desordenada.
|
Orden insuficiente.
|
El
hormé se
disipa.
Inseguridad.
|
Falta de límites.
|
El
hormé se disipa.
Inseguridad.
Falta de
autosuficiencia
|
Rapidez y violencia visual de la televisión,
videojuegos, etc.
|
Falta de focalización.
Pérdida de atención.
Necesidad de estar continuamente entretenido.
|
En un ambiente montessori, la doctora pudo experimentar que gracias
al ambiente preparado y la presencia de un adulto también preparado,
se propiciaba que esas desviaciones desaparecieran.
“Pero
cuando el ambiente llama con sus atractivos u ofrece motivos para una
actividad constructiva, entonces todas las energías se concentran y
desaparecen las desviaciones. Entonces aparece un tipo único de
niño, “un nuevo niño”, la “personalidad” del niño, que ha
conseguido construirse normalmente”.
Montessori, María. "La mente absorbente", pág. 185
Esta
concentración en un trabajo determinado y todo lo que ello conlleva,
provoca una normalización con
la que aflorará la disciplina espontánea, el
trabajo continuo con alegría, y
el sentimiento de comprensión hacia el otro, de pertenencia a una
sociedad y la
compasión.
Por todo ello, el adulto como padre y/o como maestro debe ser
sincero consigo mismo y mirar de frente sus propios prejuicios y
miserias para así construir un mundo nuevo.
“Es
absolutamente necesario que termine la época en que el adulto
considera al niño como un objeto que se toma y transporta a
cualquier sitio, cuando es pequeñito; y cuando mayorcito, no tiene
más que obedecer y seguir. Este concepto erróneo es el obstáculo
invencible para que la vida del niño sea más racional... Esta es la
verdadera orientación educativa que deberían seguir las madres y
sus educadores. Si la personalidad del niño debe ser auxiliada en su
desarrollo por la personalidad del adulto, que es poderosa, es
necesario que ésta sepa ser indulgente; y tomando como punto de
apoyo las directrices facilitadas por el niño, considere como un
honor el poder comprenderle y seguirle”.
Montessori, María. “El niño, el secreto de la infancia.”,
pág. 128
Para iniciar este camino de renovación en la educación la doctora
advierte que:
“Si
se toman en cuanta directamente y solamente los prejuicios relativos
al niño, entonces se logrará al mismo tiempo una reforma del
adulto, porque se destruirá un obstáculo que está en él”.
Montessori, María. "La formación del hombre", pág. 75
La educación debe confiar en la manifestación de las tendencias
humanas y quitar los obstáculos.
“The
first duty of the educator, whether he is involved with the newborn
infant or an older child, is to recognize the human personality of
the young being and respect it”.
Montessori, Maria. “The child in the family”, pág.51
Entonces
los adultos podemos preguntarnos ¿cómo podemos conseguir no
obstaculizar el desarrollo del niño? ¿Y cómo podemos ayudar a
curar esas desviaciones ya manifiestas en el niño?
Tanto los padres como los maestros necesitamos entrenarnos. Porque
somos resultado de este mismo proceso lleno de obstáculos, ya están
encarnados en nosotros. Podemos comenzar por conocernos a uno mismo,
apartar el egoísmo y la ira de nuestro corazón para ver realmente
al niño. Para ello necesitamos herramientas como la meditación y
la observación. Practicar meditación nos lleva a la calma, al
contacto con nosotros mismos, y a ver las cosas de forma más
objetiva, así podremos entender y atender mejor a las necesidades
reales del niño.
El adulto que tiene contacto con los niños, necesita un desarrollo
personal que lo lleve a una transformación interior, así podrá
tratar al niño como se merece. La educación necesita esa
transformación, el mundo necesita ese cambio.
Crear cursos de Formación Continúa en la enseñanza pública con
los que entrenar tanto a padres como a maestros en la Educación
Montessori es una de las claves de este cambio.
Otra fórmula que se está siguiendo desde hace pocos años en
España es la Escuela de Padres. Lo suelen promover los mismos
centros educativos, y es una buena manera de entrenar a los padres
con personal cualificado. De esta manera se procura una coherencia
entre el ambiente de la escuela y el del hogar familiar. Que
aprendamos e interioricemos técnicas que nos ayuden a saber curar la
desviaciones, rompiendo el ciclo vicioso que las provoca y conocer
qué podemos aportar al niño para trabaje en aquello que le interese
sin que nadie le moleste.
También existen muchas iniciativas como los cursos de Christine
McAcdle, quien imparte yoga para maestros en diferentes partes del
mundo tanto en la enseñanza privada como en la enseñanza pública.
Podemos
decir entonces, que existe cierto despertar en la sociedad, pero aún
queda mucho trabajo por hacer. El medio divulgativo más poderoso en
nuestra sociedad es la televisión, pero no hay apenas espacios
televisivos dedicados a estos contenidos. Sólo programas como Redes
y La aventura del saber
del canal dos, de la Televisión Pública Española trata estos temas
tan edificantes. Pero no es suficiente, porque son espacios breves
que a menudo ofrecen información escasa y poco práctica.
También hay espacios radiofónicos de temática educativa, pero los
“expertos” que intervienen se alejan mucho de la realidad
holística del niño, al contrario toman una postura conductista
bajo una visión del niño llena de prejuicios. Aconsejando de forma
errónea. Quizás fuera muy útil un espacio radiofónico, en el que
se trataran correctamente y con rigor científico la educación
Montessori y sus bondades para alcanzar un mundo mucho mejor.
(Judit Quiñones Rodríguez)
BIBLIOGRAFÍA
- Montessori, M. La mente absorbente del niño. Editorial Montessori-Pierson Publishing Company. Holanda. 2013.
- Montessori, M. El niño, el secreto de la infancia. Editorial Montessori-Pierson Publishing Company. Holanda. 2013.
- Montessori, M. La formación del hombre. Editorial Montessori-Pierson Publishing Company. Holanda. 2013.
- Montessori, M. The child in the family. Editorial Pan Books. Londres. 1970.
- Hüther, G. “Hechizados por los mundos virtuales”. En GeoPsicología (214, 23 de agosto) 86-93.